sábado, 14 de agosto de 2010

LAS TRANSFORMACIONES EN NUESTROS HÁBITOS DE LECTURA


LOS ÍNDICES MUESTRAN QUE LOS CHILENOS LEEN CADA VEZ MENOS Y EL 70 POR CIENTO CONFIESA NO HABER COMPRADO UN SOLO LIBRO EN LOS ÚLTIMOS DOCE MESES. FENÓMENO QUE SE CONJUGA CON LA APARICIÓN DE NUEVAS FORMAS DE LEER, IMPRIMIR Y VENDER EJEMPLARES. EL HORIZONTE APARECE PLAGADO DE INTERROGANTES.
Ipad, Kindle, Espresso Book Machine (en tres minutos imprime un libro completo desde un archivo digital), biblioteca en la web. La innovación tecnológica llegó hace tiempo al mercado del libro, pero su masificación aún no. Por el momento.
Andrea Palet, directora del Magister en Edición UDP, no tiene certeza sobre qué pasará con el mercado editorial en diez años, pero cree que “todo o casi todo, desde el punto de vista del negocio, parece depender de qué hagan Google, Amazon y Apple para hacerse con la tajada más grande. Lo mejor que podría ocurrir, pero no ocurrirá, es que se den cuenta de que no es tan bueno el negocio”.
Para tener certezas, o lo que más se les parezca, sobre la consecuencia del cambio tecnológico, el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlac) publicó un estudio sobre el futuro del libro en 2020 en siete países, entre ellos, Chile. Según esta investigación, el escenario para entonces transitará entre el universo analógico y el digital. En diez años más, el 90% de los textos escolares ya no se producirían en papel, según el estudio de Cerlac, pero la ficción seguirá publicándose en formato tradicional, salvo dos excepciones: best sellers (que se publicarían en formato digital y analógico) y obras de nuevos géneros que podrían surgir de la digitalización.
Librerías en la mira
A nivel regional, las predicciones hablan de una base interconectada de datos de publicaciones en español. En políticas públicas, los gobiernos pondrían en marcha iniciativas de exportación del libro que aprovecharían el enorme mercado latino que para entonces tendrá Estados Unidos.
Las publicaciones y la difusión también se modificarían, sobre todo a partir del libro digital, la ventana por internet y la impresión sobre demanda, es decir, hacer el ejemplar cuando ya ha sido encargado por el comprador. Este método implica menos riesgos económicos, disminuye costos de almacenamiento y pérdidas por devoluciones.
Se espera que para 2020 se produzca un reacomodo de la situación en torno al libro, más que la desaparición de algunos de los actores del mercado actual. Si en 1993 en Chile el 81% de los libros se compraban en librerías, en 1999 la cifra caía a 63% y en 2008 a 44,6%.

(EL MERCURIO, Reportaje: Diagnóstico y pronóstico)

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